Antes de nada, se hace necesario aclarar que el cádaver exquisito no tiene relación alguna con los tanatorios.
Por ‘cadáver exquisito’ se entiende el juego o proyecto colaborativo que involucra a dos o más participantes y que consiste en ir dando cuerpo a un material común –ya sea gráfico o literario-, de forma lineal y sucesiva, partiendo de una palabra, frase, párrafo, texto aleatorio, trazo o bosquejo, que el siguiente participante debe enriquecer con un aporte propio, conociendo únicamente los aportes preliminares.
El juego fue creado y popularizado –a partir de un antiguo entretenimiento de salón- por los miembros de la corriente surrealista a principios del siglo XX y recibe este nombre porque la primera frase del ‘juego piloto’ fue Le cadavre exquis boira le vin nouveau (el cadáver exquisito beberá el vino joven).
Por ‘cadáver exquisito’ se entiende el juego o proyecto colaborativo que involucra a dos o más participantes y que consiste en ir dando cuerpo a un material común –ya sea gráfico o literario-, de forma lineal y sucesiva, partiendo de una palabra, frase, párrafo, texto aleatorio, trazo o bosquejo, que el siguiente participante debe enriquecer con un aporte propio, conociendo únicamente los aportes preliminares.
El juego fue creado y popularizado –a partir de un antiguo entretenimiento de salón- por los miembros de la corriente surrealista a principios del siglo XX y recibe este nombre porque la primera frase del ‘juego piloto’ fue Le cadavre exquis boira le vin nouveau (el cadáver exquisito beberá el vino joven).
Nicolas Calas –vanguardista suizo- sostenía que un cadáver exquisito tiene la facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que lo ha creado, en concreto los aspectos no verbalizados de la angustia y el deseo de sus miembros, en relación con las dinámicas de posicionamiento afectivo dentro del mismo. Ernst observó que el juego funciona como un ‘barómetro’ de los contagios intelectuales dentro de un círculo de creadores.
Fueron muy célebres los collages verbales de Lautréamont y los cadáveres visuales que se publicaron en los números 9 y 10 de Revolución Surrealista (1927).
Decía Rulfo que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte: para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma darles, sin repetir lo que han dicho otros. En tanto metabolismo continuado de anteriores lecturas, podría decirse que la literatura es en sí misma, un gran cadáver exquisito a partir de temas y preocupaciones bastante simples.
Cadáver original: se trata de escribir una palabra, frase o sonido en una hoja de papel, realizando un doblez para que el siguiente participante no pueda leerla al escribir la suya. También se llama ‘cadáver ciego’, dando lugar, en palabras de Breton a ‘un texto surrealista obtenido simultáneamente por varias personas que en la misma habitación escriben de tal a tal hora colaboraciones que han de desembocar en la creación de una frase o un dibujo único, al que cada cual ha aportado un solo elemento (sujeto, verbo o atributo; cabeza, vientre o piernas)’. Este cadáver es más aplicable a la poesía, al collage y al dibujo que a la narrativa.
Cadáver con destino: en esta variante se acuerda un principio o final desde el que partir o al que dirigirse, aplicándose el principio de ceguera de la variante original. Presenta ventajas si lo que se quiere es obtener un relato.
Cadáveres de ocasión: fue costumbre entre escritores que mantenían correspondencia ‘terminarse’ mutuamente los poemas. Neruda solía acabarle poemas a Manuel Altolaguirre –al que admiraba por sus maravillosos trabajos de imprenta-. En la imprenta de Altolaguirre se hicieron cadáveres exquisitos aprovechando herramientas tipográficas.
Bajo el seudónimo común de H. Bustos Domecq se escribió uno de los cadáveres exquisitos más célebres de la literatura: ‘Seis problemas para don Isidro Parodi’. Bustos Domecq era el tándem formado por Borges-Bioy Casares.
Cadavre Exquis- Cut up: se trata de realizar un cadáver exquisito, desmontarlo y volverlo a montar utilizando la técnica de cortado y pegado, dando lugar a un texto final puramente surrealista.
Ejercicio de memoria colectiva: partiendo de un solo elemento simbólico o evocativo (juguete, por ejemplo) escribir un párrafo de no más de 5 líneas sobre un recuerdo entre los 2 y los 10 años. Cada participante deberá obtener del material aportado por el anterior un ‘detonador’ de su propio recuerdo.
Cadáver de eterna reescritura: a partir de un texto inicial, cada participante debe reescribir (sucesivamente, sin eliminar los anteriores) dicho texto, respetando el número inicial de palabras.
Un rellotge, dos relojes, one watch, caño caño! Aquest temps
Dentro y fuera de mi, sin dolor sin salir el patio temprano
que me dices, hazlo, cierra los ojos y hazlo, no me digas nada de
ti, ya lo sé todo, todo lo que quiero saber. El resto cuéntaselo a
la Historia, conmigo sólo vive.
Hablarme del mar, marinero”
“Queremos vivir en paz
em armonía.
No emprenyeu al personal.
Silvia rimembri ancora quel tempo della tua vita
mondana quando beltá splendera negli occhi tuoi
ridante e fugitivi…
Qué quieres, dime qué quieres,
no les des tanta vueltas, te diré que sí, sólo quiero
que lo pidas y nada más.
Creo que Manuel se le han empañado las gafas de tanto pensar.
Necesita un final para su novela y no lo encuentra.”
En alguno de los talleres litearios a los que he asistido hicimos este ejercicio de cadáveres exquisitos y de verdad que los resultados fueron exquisitos, jeje. Personalmente me encanta esta idea surrealista.