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02/02/2015 by Rocío de Juan 2 comentarios

Caetofobia

Las pinzas de depilar. ¿Dónde me he dejado las pinzas de depilar? Luis, eres un desastre. Ah, aquí están, al lado del ordenador. Tengo que comprar otras para dejar en la cocina.
Cómo no lo pensé antes, que allí también encontraría mi reflejo. En las puertas de cristal de la alacena. En el menaje de acero. En el revés de las cucharas.
Así que lo he visto. Un pelo largo y oscuro que tenía pretensiones de ceja. Fuera con él.
El doctor Ezquerdo dice que tengo un problema. No es verdad. ¿Acaso los hombres no se depilan hoy en día? Los indios ona eliminaban el vello de su cuerpo por completo.
Fuera pelos, fuera, fuera. Esto es agotador. Ya me he decidido: mañana mismo me hago el láser.

Publicado en: Microrrelatos

Comentarios

  1. Montse Puchol dice

    09/04/2015 a las 15:00

    Sigo tu blog y me resulta siempre interesante, por ello te he nominado a los premios dardo que concede abrazalibros. un abrazo.

    Responder
  2. Rocío dice

    11/04/2015 a las 17:26

    ¡Hola Montse! Muchas gracias ^^, ¡qué honor! Un abrazo 🙂

    Responder

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