Antes decía que no creo en la inspiración, pero está claro que hay detonantes de la misma, como muestra la extensa lista que dejaba en el post de mismo nombre que éste.
Después de comprobar que en dicha lista no figura éste, he aquí uno de los recursos que yo utilizo: la complicidad con el lector lector.
No es una redundancia; he escrito a propósito dos veces lector, porque hay una doble relación: 1/es lector de mi texto en ese momento, 2/es lector de mis lecturas, de las que han inspirado el texto, cuya relación (más o menos evidente) debe descubrir para disfrutar plenamente del sentido del relato.
Como no hay mejor explicación que un ejemplo visible, allá van dos textos míos muy breves donde lo utilizo. Espero que los disfrutéis.
ESCENAS DE OTRO DANTE
Beatriz, sonriéndome. Beatriz, masticando hojas de menta para que después, al besarla, me atrape la frescura de su boca y el delirio de su abrazo. Beatriz, vertiendo palabras en mi oído para reírse luego de mi expresión escandalizada.
Beatriz, ocultando nerviosa un sobre acartonado a su espalda. Beatriz, encerrada en el baño mientras ahoga su llanto con el ruido del grifo abierto.
Beatriz, aferrando mi mano en aquel cuarto blanco, mintiendo cuando dice que pronto estará bien. Beatriz, clavándome su mirada, mientras la luz huye de sus ojos.
Del cielo al infierno, de arriba abajo, recorro a la inversa las escenas dantescas para hallar, finalmente, que mi peor tortura sólo acaba de comenzar.
VELATORIO
Están ahí fuera. Oigo el arañar de sus antenas contra la puerta, el rascar de sus patas en los baldosines del rellano. El zumbido crece y crece en volumen, hasta entonar una sinfonía macabra, un réquiem de vibraciones.
Pero no les dejaré entrar, aunque amasen entre sus patas un ariete de barro con el que derribar las puertas.
Me niego a que den el último adiós a mi hijo. No quiero conservar la imagen de Gregorio rodeado de una multitud de escarabajos, en actitud de adoración ante su ídolo caído.
Explicaciones a «Escenas de otro Dante» (pasar el ratón a continuación):
Beatriz, la amada, comparte nombre con aquélla que lo fue de Dante Alighieri. Este italiano, en su Divina Comedia, recorre el Infierno, Purgatorio y el Cielo a lo largo de varias escenas. En el Cielo se reúne con Beatriz. En mi texto sucede al revés: este anti-Dante, que posee a Beatriz desde el inicio, va pasando por los tres estadios marcados por los diferentes párrafos, hasta concluir en su peor infierno: sobrevivir a la muerte de la persona que amaba.
Explicaciones a «Velatorio» (pasar el ratón a continuación):
Aquí la relación con «La metamorfosis» de Franz Kafka sólo se establece al llegar al final. ¿Qué hace una multitud de escarabajos intentando entrar en una casa? Lo sabemos en las últimas líneas. Gregorio Samsa, el humano-escarabajo incomprendido por los hombres recibe, en cambio, el tributo y reconocimiento de los pequeños insectos con los que compartió naturaleza.
Como siempre Rocío, yendo al eje del relato. No sobran, no faltan palabras. No hay más personajes q los necesarios, con un lenguaje elevado sin tener la sofisticación de que no se pueda entender. Yendo a una realidad descarnada con elegancia, donde el lugar es más oscuro en el segundo dando una sensación de agobio hasta q se descubre el por qué. En el primero hay luz. Pero no por ello uno se siente menos agobiado pq da la idea de para siempre