El columpio lo construyó el padre, usando dos gruesos cables que introdujo en tubos de manguera para que los niños no se raspasen las manos. Como asiento utilizó una tabla en la que atornilló los cables. Lo fabricó en una tarde y lo colgó en una gruesa rama del roble del huerto.
Los mellizos se columpiaban temerariamente, pero Susana, la más pequeña, sólo se atrevía a un tímido balanceo. Sus hermanos la incitaban. “Susana, si giras sobre ti misma hacia la derecha, se borrarán tus recuerdos”, decía uno. “Y si giras a la izquierda, se cumplirán todos tus deseos”, apoyaba el otro. Luego, a dúo, remachaban: “Y si te impulsas hacia adelante muy fuerte, tocarás el cielo y sabrás la respuesta a todas las preguntas”. Susana nunca les hizo caso; era mayor el miedo a caerse.
Han transcurrido quince años y Susana contempla el solitario columpio, que se balancea con la brisa de la tarde. Se sienta en él con cuidado de no manchar su vestido blanco. ¿Cómo era aquella cantinela? Hacia la derecha, olvidar el pasado. Hacia la izquierda, resolver el futuro. Hacia adelante… ¿qué sucedía hacia adelante? Con ayuda de los pies se impulsa a la derecha, pero no consigue completar el giro. Lo mismo sucede cuando repite la operación hacia la izquierda.
Ya están repicando las campanas de la iglesia cuando Susana recuerda la última parte: hacia adelante encontrará todas las respuestas. Retrocede primero aferrada a los cables, y después corre para lanzarse. Su vestido de novia revolotea en el aire como una paloma recién liberada. Mientras desciende oye el eco lejano de su nombre.
Sus hermanos le han mentido. Y a ella se le ha acabado el tiempo.
anda, hasta ahora no había descubierto este lugar.
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Hola Rose:
No lo habías descubierto porque es bastante reciente, pero eres más que bienvenido 🙂
Pasa, lee, comenta, critica, todo lo que quieras, esta es tu Posada.
Un abrazote.
Me ha encantado lo que has escrito, además de la llamativa distribución del blog.
Muchas gracias Anónimo:
Supongo que es mucho pedir saber cómo llegaste hasta aquí, si nos conocemos, etc. Mi email está en mi perfil.
Un cariñoso saludo,
Milenia