
MI PADRE
Nunca conocí a mi padre. Era una mención susurrada, un murmullo entre vecinos, miradas fugaces preñadas de lástima. Estoy acostumbrada a que los demás me observen, y a enfrentar sus ojos con valentía, porque sé la verdad. Seguimos en todos los lugares de los que nos hemos ido.
Y mi padre está aquí, en el salón de la casa, tan presente como la televisión con su tapete de encaje. Ahí, en el busto del ciervo que sobresale de la pared empapelada con flores descoloridas. En las pupilas oscuras, abiertas para siempre gracias al trabajo del taxidermista. Como un insecto en el ámbar, los ojos del animal habían atrapado la imagen borrosa de un hombre, la última visión antes de que él le abatiese. Mi padre falleció horas después, a causa de las heridas provocadas por la cornamenta.
Nunca conocí a mi padre, no recuerdo haberle llamado papá ni que me cogiese en brazos. Pero él está aquí, conozco su silueta de predador y sé que mereció su final. No tendría sentido, si no, que mi madre limpie cada día, con infinito cuidado, el busto del ciervo.
Gracias, Rocío, por participar con este relato en EL TINTERO DE ORO. ¡Un fuerte abrazo y suerte!
Hola Rocío.
Fascinante manera de encajar la frase del bic naranja. Yo aún la estoy devanando en mi cabeza (sin mucho éxito, por lo que veo, jejeejje)
Comparto tu pensamiento de que aquel padre se merecía su suerte por abatir al ciervo, soy tremendamente animalista. Por eso tu relato me ha llegado bien adentro.
Mucha suerte en el Tintero de Oro.
Nos seguimos leyendo.
Un abrazo.
¡Hola, Jean Ives!
¿Has visto cómo aprovecho las convocatorias para presentarme a todo? Jejeje.
Es lo que tiene ir a la carrera. Y me dio pena no escribir nada de la foto de la semana pasada que es increíble.
Nos leemos y gracias por comentar 🙂
Intrigante relato con un más intrigante final. ¿Acaso el espíritu del padre cazador y depredador se ha instalado en su presa? Qué horror tener que contemplar a diario su mirada.
Sueete en el concurso de el Tintero de Oro.
Saludos.
¡Hola, Josep!
Muchas gracias por pasarte a comentar. 🙂
Un saludo grande,
Fascinante relato, Rocío. El recuerdo de un padre en los ojos muertos de su víctima-verdugo.
Mucha suerte.
Hola Rocío,
El cazador cazado. Un relato que inquieta por lo que simbolizan esos ojos, siempre estarán presentes y nunca descansaran en paz. Yo también estoy en contra de cualquier tipo de maltrato animal.
Mucha suerte en el concurso.
Un abrazo.
¡Gracias, Bruno!tengo pendiente pasarme por vuestros blogs. Os devolveré la visita ?
¡Gracias, Irene! Espero visitarte en breve. Abrazos
Un final un tanto desconcertante, Rocío. Hay algo muy siniestro en saber que tu padre/marido está preso en el cuerpo de su víctima, aunque sea merecidamente, y quedarte a "disfrutarlo" cada día. No me gustaría tener vecinos con semejante historia a sus espaldas, la verdad.
¡Buen relato! Muchas suerte en el concurso. Allí nos "vemos" 🙂
Hola Rocío.
Tu relato me ha fascinado por la atmósfera que has sabido crear, denotando, aludiendo, remitiendo al lector, hacia una imagen del padre de la voz que cuenta, que se va formando como una nube alrededor del ciervo, como un halo de inquietud suspendido más allá del texto.
Te deseo la mejor de las suertes en el concurso del tintero. Un saludo.
Ariel
Muy buen relato. Esa imagen congelada en los ojos del ciervo es muy sugerente. Pero esa hija es muy dura con su padre. Yo no soy amiga de la caza, pero de ahí a pensar que el pobre hombre mereciera morir…
Mucha suerte en el concurso.
Un beso.
Me pasa como a Rosa, no creo que el hombre mereciera morir, pero el texto es intrigante porque el recuerdo permanece en la imaginación de quién observa los ojos del ciervo.
Suerte en el concurso, Rocío.
Un beso
Rocío, me encanta tu relato. Muy bien narrado. Uno quiere seguir leyendo. El final muy bien resuelto. ¡Te felicito!
Original relato Rocío.
Mientras te leía me quedaba la sensación de casi una historia paralela, como si hubiera mucho más de lo que nos dices detrás de esa muerte "merecida", una historia sin resolver que solo saben la hija y su madre y esa mirada del ciervo que siempre recuerdan y al cazador vencido.
Suerte en el concurso.
Saludos
No queda otra que ponerse de parte del ciervo. Al margen del sentir de los que no somos cazadores, solo por tu manera de contarlo.
Me gustó también la descripción del salón, tan caduco como empieza a ser el gusto por matar animales, el papel descolorido de la pared…el tapete de encaje…
El relato habla del padre en pocas líneas, no se necesita más para saber qué clase de persona es.
Tienes Rocío una increíble manera de sintetizar una gran historia inquietante.
Por cierto, que grima me da esas cabezas colgadas de los animales como macabro trofeos.
Te felicito compañera. Me ha encantado.
Hola, Rocío. Resulta impactante la naturalidad con que el narrador va desvelándonos la historia hasta acabar revelándonos ese rasgo tan definitorio de su personalidad. Éste es un micro elegante y muy bien escrito, y te felicito por ello.
Te deseo mucha suerte en el concurso de "El tintero de oro".
Un abrazo.
Rocio una mirada muy inquietante la de ese ciervo, y saber que fue el que causó la muerte a su verdugo. Muy bien narrado este micro. Yo no tendría un trofeo así colgado. ¡Suerte en el concurso! Un abrazo
Uy Rocio!! Gran micro de verdad, esa imagen del padre pegada a la mirada del ciervo es tenebrosa y original.
Me encantó. Suerte en el concurso!!
Abrazo!
Un gusto leerte, a partir de la propuesta de David y su "tintero". Lo he disfrutado a medida que fui desentrañando la historia muy bien hilvanada. Buena suerte en el concurso y cariños.
Hola Rocío,
Accedo a tu blog desde "El tintero de Oro", cosa que agradezco porque me ha permitido disfrutar de tu trabajo. Queda muy claro el punto de vista de la narradora, sin desvíos y sin estridencias. Gracias
El cazador cazado?? No parece que la perdida haya sido demasiado traumática para la madre. Una historia con mucho detrás.
Un saludo.
Hola Rocío, vengo a través del concurso del tintero de oro, soy otra participante. Debo decirte que me ha gustado mucho este relato, corto pero lleno de mil matices, con una profundidad que desnuda cualquier palabra vana, que no la hay por supuesto. Las descripciones en torno al ciervo son geniales, he visto esa huella en el ámbar, como esos ojos de cristal del animal abatido por el arma de caza. Esa forma de describir al cazador que fue su padre a través de otros, el padre que no conoció pero que está presente de esa forma tan inhumana. Me da repulsión el tema de la caza por placer, placer de superación, placer por exposición. Y justo, este precioso animal, elegante y maravilloso al que admiro tanto… Bueno son muchas sensaciones las que me describen tu relato. Gracias. Un abrazo
Hola, Rocio. Un micro de personajes duros de los que no sabemos toda la historia. No soy partidaria de la caza y aunque la muerte de un animal es reprobable, no entiendo el odio tan exagerado de la chica hacia su padre ni que eso le hiciera sentirse avergonzada delante de los vecinos. En los pueblos cercanos a los bosques siempre hay cazadores. Por eso digo que me falta más historia para entender esos sentimientos de la madre y la hija. Muy interesante lo del ojo del animal que capta la imagen de su padre y lo mantiene presente en la casa, para recordar su acción y rendir pleitesía al ciervo.
Mucha suerte en el concurso. Abrazos.
Gracias a todos por comentar.
No quería explicarlo durante el tiempo del concurso, para no hacer trampa si alguien leía los comentarios, pero ahora puedo deciros que, en efecto, el conflicto no es que su padre fuese un cazador, sino que maltrataba físicamente a la madre.
Pero si esto no se entiende, la culpa siempre es de la autora, no del lector.
Gracias de nuevo por pasaros por aquí.
Besos azules.