Escaleras. La casa de Sabina tendrá escaleras. De caracol para que le provoquen vértigo con sus espirales. Con escalones muy estrechos o ridículamente anchos, que la impidan guardar el resuello o pisar con despreocupación.
Sabina creyó ser magnánima al encargarme el diseño de la casa que compartirá con su nueva pareja. No sabe que la venganza de un arquitecto puede ser muy sutil.
Puertas. Ahora toca pensar en las puertas.
Deja una respuesta