Este es un blog diferente del que solía utilizar para escribir reseñas, pero como aquel lo dejé en barbecho, he decidido dedicar aquí algunas entradas para hablar de «Alquimistas», como bien dice la etiqueta: personas cuyas obras me han llegado de un modo especial y me han enseñado algo nuevo. Vamos allá.
Título: El espejo egipcio
Autora: Pilar González
Editorial: Independent Publishing
Fecha de publicación: 1-julio-2018
Nº de páginas: 238
La autora
Pilar es sevillana, sevillana. De las que aman su ciudad y todo lo que esta ofrece. Es trabajadora social y terapeuta Gestalt, y toda esa experiencia la ha volcado en tres libros (hasta el momento), que son éxito de ventas en Amazon: Fluir con la vida, El despertar de Abelia, y Cómo superar tu timidez. Puedes saber más sobre ellos en su web: www.pilargonzalezescritora.com.
Sin embargo, no es el único tipo de obras que escribe. Pilar también se sumerge en la ficción, con una prosa que denota su gran amor por la poesía, y que te lleva en volandas, de modo gozoso, de uno a otro párrafo, con una intuición narrativa que ya querrían muchos para sí.
El espejo egipcio es un magnífico ejemplo de lo que digo, y una puerta de entrada de altura para conocer el estilo de Pilar. Se trata de una novela de intriga y misterio, con una galería de personajes, históricos y ficticios, interesantísimos todos, que van llevando el peso de la acción hasta desembocar en un final sorprendente.
Posee todos los elementos para hacerla enganchante: un espejo maldito, un manejo del suspense excelente, un protagonista muy humano con sus propios problemas antes de «cruzarse» con el espejo, y la originalidad de prestarle voz a ciertos personajes de la Historia, antiguos poseedores del espejo, que nos ofrecen una perspectiva insólita.
Un ejemplo del maravilloso lenguaje del libro lo encontramos aquí, cuando el protagonista, después de haber adquirido el espejo, pasea por Frigiliana.
El conjunto rocoso acogía al territorio habitado en un abrazo íntimo donde contrastaban los impresionantes desfiladeros, asiento de la alquería, de aristas escarpadas, agresivas y amenazantes, con la pacífica y cándida imagen de los hogares rústicos. En verdad que el hombre del chiringuito no había exagerado ni un ápice las virtudes de la villa. A la vez que pensaba esto imaginaba la cara de mi madre al entregarle el regalo, la recordé en ese momento porque me crucé con una señora del pueblo que se le parecía mucho, qué fantástico se le antojaría, seguro que nunca habría visto un espejo triangular con la luna de metal.
Las callejuelas subían y subían, retorciéndose engalanadas con macetas y flores en las márgenes, ribeteando las orillas y las fachadas con el añil de los tiestos, el verde de los tallos y el estampado arcoíris de las corolas. En cada puerta, en cada ventana, en cada rincón, en cada revuelta, se repetía el agasajo herbario.
El espejo egipcio está narrado por Dago, un escritor bastante pagado de sí mismo, y su relato tiene el sello inconfundible de quien ama las palabras. También aparecen otras voces, cada una con sus características peculiares, que enriquecen aún más si cabe la prosa. La trama se desarrolla en Sevilla, que Pilar conoce muy bien, con viajes a Frigiliana, Benamahoma y Granada. Y, por supuesto, «visitamos» Egipto, con una magnífica recreación de lo que pudo ser la corte de Akenatón. Los capítulos breves favorecen que la acción fluya en un crescendo de preguntas que nos planteamos al mismo tiempo que el protagonista. ¿Qué extraño poder posee el espejo? ¿Por qué tiene Dago aquellas visiones? Poco a poco, como lectores nos damos cuenta de que existe una especie de contrarreloj, en la que Dago debe descubrir los secretos del espejo antes de que este acabe también con él.
Una lectura más que recomendable. Búscala aquí.
Muchas gracias por tu reseña, Rocío. Me ha encantado!!! Un abrazo.
Fantástica reseña, Rocío, de esta compañera de letras que tiene ya un buen bagaje a sus espaldas. Una novela que promete. Un abrazo a las dos!
Gracias, David, por tus palabras. Un abrazo.