
Los que me conocéis sabéis que me encanta el género breve. Este verano he leído casi una decena de libros de relatos, y casi todos me han gustado muchísimo.
Entre los muchos motivos que tengo para que sea mi preferido, es que es un género magnífico para enseñar escritura creativa. Y, por eso, hoy me atrevo a recomendaros diez trucos que sirven para el género del relato pero que os ayudarán si incursionáis en otro tipo de narrativa.
¿Preparado todo el mundo? Allá van.
- No todas las ideas sirven para escribir un relato, pero todos los relatos proceden de una idea, así que entrénate para generarlas. Pueden servirte disparadores creativos como ciertas imágenes potentes, juegos como el Rory Story’s Cubes, o métodos como el binomio fantástico de Gianni Rodari.
- La función de las primeras líneas en tu relato es la de atrapar la atención de quien nos lee. Solo tienes una oportunidad, así que mima esas frases.
- Crea caracteres redondos para tus personajes principales. Eso significará que sabes más de ellos que lo que muestras. En otras palabras, utiliza el iceberg de Hemingway.
- Elige quién contará tu historia y respeta el tono de ese narrador. ¿Será alguien que ya está dentro de la historia? ¿Lo visualizaremos como una cámara de cine? ¿O sabremos absolutamente todo?
- Los diálogos tienen una triple función. Pueden hacer avanzar la acción transmitiendo información relevante, proporcionan ritmo y agilidad a la lectura, y nos facilitan conocer a los personajes por su modo de actuar y expresarse. Aprovéchalas con diálogos bien pensados.
- Sitúa espacio temporalmente al lector. A veces nos olvidamos de que quien nos lee no está viendo lo mismo que nosotros, así que sitúale cuanto antes en el lugar donde está transcurriendo la acción, y en qué época.
- La trama debe de ser sólida si queremos que la historia funcione. Puedes aprender más sobre el arco narrativo de una historia aquí.
- En marketing suele decirse «Content is the King». En una historia, el conflicto es el rey. Sin conflicto ni tensión, ¿dónde está la historia?
- Casi tan importante como el conflicto, es conseguir ese momento culminante donde todo parece perdido. Ese instante donde el protagonista se juega la muerte física, la muerte profesional o la muerte emocional (o una combinación de las anteriores). No temas enfrentarle al abismo: es lo que estábamos deseando desde la primera línea.
- Resolver bien una historia no es sinónimo de happy end. Y a veces es casi tan difícil como escribir las primeras líneas de la misma. ¿Será un final abierto? ¿Le daré un toque redondo? Cada historia pide su final, escúchala.
¿Quieres saber más de alguno de estos consejos? Dímelo y prepararé la siguiente entrada.
Y si quieres mejorar con ayuda, echa un vistazo a estos talleres de escritura que organizo. Estoy segura de que hay alguno para ti.
¡Feliz escritura!